Wednesday, November 15, 2006

Siempre hay magia

Quisiera titular esta historia con nombre de mujer, pero el título reza mis motivos. Yo trabajaba en el Bertolotto, era segundo cantante y pianista de la orquesta del lugar, y semana tras semana llegaba algo aprisa al escenario, comentaba con mis colegas músicos alguna que otra cosa e iniciaba el show a las 10 de la noche.

Nunca me llamó la atención andar buscando amores por esos lares, y no fue por que no hubieran chicas lindas (la verdad todas lo eran) pero era una epoca en que estaba solo a mucha honrra. Sin embargo un día me quedé prendado de una joven que tenia trabajando en el local apenas unos días. Ojos café inmensos, tez trigueña. un cabello negro y ondulado que rozaba lo impredecible en su movimiento, y una voz tierna acompañada de una bella sonrisa... se podía pedir mas? Era simplemente una mujer tan preciosa como las de los libros de Bryce.

Quisiera amigos, contarles su nombre, pero simplemente no lo recuerdo.

Luego de buen tiempo de acercarme a donde estaba ella al final de cada show, luego de varias semanas de hacerle la guardia hasta que al fin cerraba el local y se podía caminar mientras el sol salía (el local cerraba a las 5:30 de la mañana) pude al fin invitarla a salir.

El día aquel planee todo pero no con la inseguridad de no querer dejarle nada a lo espontáneo, si no por tener mas bien definidos los sitios a donde la llevaría, y a decir verdad fue una noche inolvidable, yo estaba atontado por el hecho de al fin salir con ella y a ella se le veía muy alegre.

Luego de ello me pregunto si la podía acompañar a su casa. Ella, como casi todas la personas de 20 años que conozco, aún vivia con sus padres, pero pudimos conversar en su sala sin mayor problema. La conversación inició cuando yo pregunte simplemente "¿Como eras cuando eras niña?". Yo formule esa pregunta a las 12 de la noche, y cuando nos dimos cuenta eran las 5 de la mañana. Me hizo sentir muy bien que tanto para mi como para ella el tiempo pasara volando cuando hablábamos.

Bajé a tomar un taxi, y nos despedimos con un inocente pero tierno(y extenso) beso en la mejilla.

A la semana siguiente me le acerqué para preguntarle cuando podríamos volver a salir. Ella me eludió para luego, al final del trabajo, confesarme que tenía pareja, que había accedido salir conmigo por que estaban peleados y pensaba que no volverían a juntarse mas, y que al fin estaban juntos de nuevo. Tambien dijo todo ese rollo de que no quise ilusionarte, y de que seamos solo amigos... ¿¿Hace falta decir eso siempre??

Yo me sentí fatal, esta vez me habia entregado mucho al deseo de estar con ella, de amarla, de darle lo mejor de mi... y de repente nada existia.

Me enferme, mi cuerpo empezo a revelarse... la verdad puede sonar esto un tanto exagerado, pero estuve a punto de volverme loco. Sin embargo, algo me hizo volver a la realidad, y es que un buen amigo me había encargado que escribiera una canción para una obra de teatro. Pense "Pues bien, primero hago la canción para cumplir con mi amigo... luego de eso, si quiero, me vuelvo loco".

La canción la escribí la tarde despues de todo lo narrado... herida abierta y corazón roto, cogí un lápiz, mi guitarra, y un pentagrama vacío. La canción se terminó de crear en 7 horas. Cogí el papel, lo limpie de borrones y escribí en el título el nombre de la obra teatral para la que serviría:

EL DIA DE LA LUNA

Por un momento quise poner el nombre de la chica de ojos cafes, de cabello rizado... de voz delgada y buena...pero como por arte de magia se había borrado de mi mente y hoy, aún hoy, ya no lo recuerdo.


P.D. Por cierto, la canción fue grabada en vivo en versión para guitarra, violín, contrabajo y oboe en Julio del 2000, fui a ver a la protagonista de este relato y le obsequié el master original de esta grabación (no guardé una copia para mi). Ella lo escucho, y me dijo que era un tarado si pensaba que ella me iba a creer que la habia compuesto para ella. Me trató como un charlatan, un mentiroso, y jamas me volvió a hablar.

Hay cuentos que no tienen final feliz... pero siempre, siempre hay magia.

Monday, November 06, 2006

Se hacen canciones a domicilio, llame ahora, llame ya!

Tenía 16 años y me tocó la puerta un buen amigo, a quien mantendré en el anonimato, pero que llamaremos Tony Sulca. Muy preocupado por si alguien le habia visto caminar hacia mi casa, me confesó sus sentimientos hacia una compañera de su salon de colegio (él era 2 años menor que yo) y me pidió que le compusiera una canción para que el se la dedique.

Era una situación dificil, yo no conocía a la dulcinea en cuestión, ademas hasta ese momento mi labor como cantautor habia sido puramente subjetiva y nada metódica, no podía componer a voluntad por decirlo de alguna manera.

Dos días despues fui a un quinceañero, una fiesta de puros chicos en edad escolar, y conocí a una preciosa niña de 16 años. No se que me pasó el dia aquel, pero me animé a pedirle su dirección, y ella me la dió. La visitaría a la semana siguiente.

Llegado el dia yo habia escrito una bella canción para mi nueva amiga, a quien confieso no veía del todo como amiga. Salió a recibirme su mama, quien de una manera sumamente despectiva y grosera me pregunto si no tenia mejores cosas que hacer y que dejará en paz a su hija, y que ademas ella ya tenía un enamorado que era de buena posición, etc, etc, etc.

Me fui a mi casa con mi canción y con un gran signo de interrogación en la cabeza. Abrí el papel con la letra, borré el nombre de mi fallida visita y puse en su lugar el nombre de la niña que volvía loco a mi amigo Tony. Pudo haber tenido esa canción como título "Etme"... pero terminó llamándose "Katherine".